La Embajada de Armenia en Uruguay conmemora el 109no. Aniversario del Genocidio Armenio

Este artículo, escrito por Mariam Gevorgyan, Encargada de Negocios en la Embajada de Armenia en Uruguay, fue publicado con motivo del 109no aniversario del Genocidio Armenio. Publicado originalmente en El País, Gevorgyan comparte una profunda reflexión sobre este trágico evento histórico y la respuesta de la comunidad internacional, incluyendo el papel significativo de Uruguay en el reconocimiento y la memoria del genocidio. Este texto preserva la integridad y el mensaje crucial del original, reflejando la perspectiva y el conocimiento experto de la autora sobre el tema.
La Embajada de Armenia en Uruguay conmemora el 109no. Aniversario del Genocidio Armenio

La Embajada de Armenia en Uruguay conmemora el 109no. Aniversario del Genocidio Armenio

La Encargada de Negocios Mariam Gevorgyan escribe en El País sobre el terrible extermino de 1,5 millones de armenios, y destaca la hospitalidad de Uruguay.

 Mariam Gevorgyan.
Mariam Gevorgyan, Encargada de Negocios en la Embajada de Armenia en Uruguay.

Mariam Gevorgyan / Encargada de Negocios en la Embajada de Armenia en Uruguay
Este 24 de abril conmemoramos el 109º aniversario del Genocidio Armenio, exterminio de 1,5 millones de armenios en el Imperio Otomano y las regiones circundantes durante 1915-1923.

Esas masacres fueron ideadas y perpetradas por el gobierno de los Jóvenes Turcos y posteriormente fueron finalizadas por el gobierno kemalista.

En vísperas de la Primera Guerra Mundial, el Gobierno de los Jóvenes Turcos adoptó una política de panturquismo y planeaba la creación de un enorme imperio que, extendiéndose hasta China, incluiría a todos los pueblos de habla turca del Cáucaso y Asia Central. El plan preveía la turquificación de todas las minorías cristianas e islámicas y de otro tipo. La población armenia fue vista como el principal obstáculo en el camino hacia la implementación de este proyecto.

Incluso en condiciones de privación de derechos, la población armenia del Imperio aseguró un desarrollo social, cultural y económico sin precedentes, lo que provocó el odio y la hostilidad de los turcos hacia ellos.

El Genocidio fue una forma de detener ese ascenso y el progreso nacional, así como de apoderarse de la riqueza armenia creada durante décadas de trabajo. Aunque el Genocidio Armenio fue planeado ya en 1910-1911 durante reuniones celebradas en Salónica, los Jóvenes Turcos aprovecharon la Primera Guerra Mundial como una oportunidad para llevarlo a cabo.

El 24 de abril de 1915, el Gobierno de los Jóvenes Turcos ejecutó un plan de exterminio de armenios del Imperio Otomano. Esa noche, cientos de dirigentes, intelectuales, escritores, eclesiásticos y músicos fueron arrestados y asesinados.


Los hombres en edad militar fueron reclutados, desarmados, destinados a trabajos forzados y asesinados. Mujeres, niños y ancianos fueron forzosamente deportados hacia los desiertos, donde también murieron.

La primera respuesta internacional a estas atrocidades fue manifestada por Francia, Rusia y Gran Bretaña en 1915, con la declaración conjunta del 24 de mayo, donde la violencia cometida contra el pueblo armenio fue calificada de “crimen contra la humanidad y la civilización”. Las partes consideraron al gobierno turco responsable del crimen cometido. Lo que pasó con el pueblo armenio fue el primer genocidio del siglo XX.

Durante el Genocidio Armenio y los años siguientes, el número de armenios en varios países árabes, como Egipto, Siria, Líbano, Irak, Jordania, aumentó dramáticamente, desde donde llegaron también a Uruguay y gracias a la hospitalidad del gobierno y pueblo uruguayos encontraron cobijo y oportunidades para rehacer sus vidas. En 1965, Uruguay fue el primer país en reconocer oficialmente el Genocidio Armenio, mediante la ley n.°13.326.


Desde entonces, el Genocidio Armenio fue reconocido por más de 40 países y organismos internacionales. En 1944, cuando Raphael Lemkin acuñó el término “genocidio”, tomó como base el exterminio de los armenios en 1915.

Sin embargo, 109 años después, Turquía continúa su política de negación total, lo que se debe claramente a motivos de evasión de responsabilidad, así como al racismo y al odio armenio.

Las actuales autoridades turcas no sólo no reconocen el Genocidio Armenio, sino que también implementan su política de negación. En todos los intentos de negar el genocidio, silenciar o justificar los crímenes cometidos y sus consecuencias, las autoridades turcas aprueban el crimen cometido por sus predecesores, que es una continuación del crimen y un estímulo para llevar a cabo nuevos genocidios.

Lamentablemente, la impunidad genera nuevos crímenes. Precisamente por esta razón, el año pasado fuimos testigos del bloqueo por parte de Azerbaiyán del pueblo de Nagornօ Karabaj y luego de su desplazamiento forzado desde los territorios donde habían vivido durante siglos. Estas acciones de Azerbaiyán, el exfiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI) Luis Moreno Ocampo calificó de “genocidio”.


La República de Armenia, desde su independencia en 1991, ha adoptado medidas constantes para prevenir genocidios y ha redactado una serie de documentos que han sido aceptados por organismos internacionales. El último fue este 3 de abril cuando en el 55º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, se aprobó por consenso la resolución “Prevención del Genocidio” presentada por Armenia.

Armenia continuará su lucha en la arena internacional para prevenir crímenes de lesa humanidad.

El genocidio contra el pueblo armenio fue la deportación forzosa y el intento de exterminar la cultura armenia. Se calcula que 1,5 millones de civiles armenio fueron perseguidos y asesinados por el gobierno de los Jóvenes Turcos en el Imperio otomano, entre 1915 y 1923. Se caracterizó por su brutalidad en las masacres y la utilización de marchas forzadas con deportaciones en condiciones extremas, que llevaba a la muerte a muchos de los deportados. Como resultado del genocidio, alrededor del mundo se formaron comunidades de la diáspora armenia.