Artashat: de capital real a centro de inspiración cultural

En la historia armenia existen ciudades que no son meros puntos geográficos, sino símbolos de identidad y pasado.
Entre ellas se encuentran Yervandashat, Van, Dvin, y con un resplandor especial destaca Artashat: una ciudad que durante más de cinco siglos fue capital de Armenia y que hasta hoy conserva su valor cultural e histórico.

La actual ciudad de Artashat está situada unos 10 km al sureste del yacimiento arqueológico de Artashat, la antigua capital fundada por el gran rey armenio Artashes I.
Fue establecida en el año 185 a.C., en un lugar geográficamente muy propicio elegido por el general cartaginés Aníbal: sobre nueve colinas, en el punto donde confluyen los ríos Araks y Metsamor.
Los historiadores de la antigüedad llamaban a Artashat “el Cartago armenio”, considerándola un poderoso e influyente centro urbano.

Artashat se convirtió en la primera capital armenia que tenía una disposición urbana organizada, con calles trazadas, sectores de construcción definidos y un sistema de edificios públicos.
En la ciudad se erigieron no sólo palacios reales y templos paganos, sino también un teatro público, el primero de su tipo en Armenia.
En ese teatro se representó la tragedia griega del célebre dramaturgo Eurípides, “Bacantes”, lo que demuestra el alto nivel intelectual y cultural de la vida en Artashat.

Comparándola con muchas ciudades griegas contemporáneas, por ejemplo Atenas, con sus 50 hectáreas, Artashat —construida sobre nueve colinas— ocupaba 700 hectáreas, albergando hasta 150.000 habitantes.
Artashat fue una de las ciudades principales de la Ruta de la Seda, con su propia casa de moneda con un logotipo único: la letra alfa griega, que era la primera letra del nombre Artashat; dicho logo aparecía en todas las monedas emitidas entonces.

Siendo un centro espiritual importante del período pagano, la ciudad estaba llena de construcciones de culto.
En Artashat existían numerosos templos dedicados a las deidades principales del panteón armenio —Vahagn, Anahit, Mihr, Tir—, así como a los dioses introducidos en la era helenística, lo que evidencia la vida espiritual multifacética de la ciudad y la tolerancia religiosa que existía.

Durante las excavaciones se han descubierto valiosos hallazgos arqueológicos: fragmentos de estatuas hechas de basalto o piedra, las bases de estructuras con columnas, además de cerámicas, tumbas y monedas correspondientes a diferentes épocas.
Estas piezas atestiguan el elevado nivel de civilización de la ciudad, su oficio desarrollado y la existencia de comercio; también confirman que Artashat fue no sólo un centro administrativo, sino también cultural, religioso y económico, con influencia en toda la región.

Hoy, como centro administrativo de la provincia de Ararat, Artashat continúa manteniendo su importancia tanto regional como nacional.
Artashat se encuentra en la encrucijada de algunas de las principales rutas de transporte de Armenia, asegurando conexiones confiables tanto internas como externas.
La ciudad está en el cruce de las vías ferroviarias Ereván‐Nakhchivan‐Bakú y Nakhchivan‐Tabriz, así como de la carretera Goris‐Stepanakert, lo que le confiere una importancia estratégica y económica.

Esta posición de encrucijada convierte a Artashat en un punto favorable para la logística, la distribución y el comercio.
La ciudad se conecta sin dificultad tanto con las regiones centrales y del sur de Armenia, como con regiones y países vecinos, favoreciendo el flujo de mercancías, la accesibilidad del transporte y la actividad económica.

Además, esta posición de cruce ofrece también grandes oportunidades para el desarrollo del turismo, convirtiendo a Artashat en un punto de referencia hacia los sitios históricos y paisajes del sur de Armenia.
En el corazón de su identidad cultural se halla el Teatro Dramático Estatal en nombre de Amo Kharazyan, que sirve como la principal sede artística de la ciudad.

Este teatro, con una historia de aproximadamente 80 años, ha formado el pensamiento estético de varias generaciones de Artashat.
En septiembre de 2025 comenzó su temporada número 92 con solemnidad, presentando puestas en escena de autores contemporáneos combinadas con valores clásicos.
Las obras que suben al escenario allí son no sólo expresiones artísticas, sino mensajes de gran importancia social, para una ciudad impregnada de cultura.

En los últimos años se observa un renacimiento integral en la ciudad: se llevan a cabo activamente programas de desarrollo comunitario, mejora y perfeccionamiento de las infraestructuras sociales.
Se construyen nuevos jardines infantiles, escuelas y parques infantiles, acompañados de renovaciones de calles y aumento de áreas verdes.

En 2025, el festival “Festival” celebrado en Artashat fue el más grande de todos los eventos similares realizados hasta ahora, reuniendo cultura, turismo y vida comunitaria en una sola plataforma.
En el marco del festival se organizaron conciertos al aire libre, representaciones teatrales, exposiciones y recorridos turísticos hacia los lugares emblemáticos de la provincia de Ararat —el embalse de Azat, el monasterio de Khor Virap, Dvin y otras rutas.
La feria‐exposición exhibió trabajos de empresas de la región, artesanos y productores agrícolas, y el punto culminante del evento fue el concierto de Karen Sevak Band y Saro Tovmasyan, que convirtió el centro de la ciudad en un gran escenario festivo, reafirmando la importancia de Artashat como centro cultural y turístico.

Artashat es un espacio singular donde la gloriosa historia del pasado y la vibrante respiración del presente se funden en un entorno urbano integrado.
El rico legado de la antigua capital, las manifestaciones culturales contemporáneas y las nuevas vías de desarrollo del turismo conforman una ciudad que vive con memoria pero avanza con pasos seguros y creativos hacia el futuro.
Enraizado en su profundo pasado, pero con la mirada puesta en lo que está por venir, Artashat continúa formándose como portador del patrimonio espiritual y punto de encuentro de nuevas oportunidades; se convierte en una comunidad ejemplar donde el pasado y el porvenir se encuentran para coexistir en armonía.