Entre la perfumería, la música y la arquitectura sacra, el creador de LAVS reflexiona sobre silencio, autenticidad y trascendencia en el arte contemporáneo

El Arte Como Acto Espiritual: La Visión Creativa de Filippo Sorcinelli

Pocos creadores contemporáneos se mueven con tanta fluidez entre disciplinas como Filippo Sorcinelli. Artista, perfumista, músico, fotógrafo y fundador de LAVS – L’Atelier Vesti Sacre, Sorcinelli ha construido una obra en la que la estética y la espiritualidad son inseparables. Su universo creativo se arraiga en la tradición sacra, pero se expresa en un lenguaje claramente contemporáneo, moldeado por el silencio, la arquitectura, el sonido y el ritual.

Inicialmente reconocido por su trabajo en vestiduras sagradas para el Vaticano y para importantes instituciones eclesiásticas, Sorcinelli amplió posteriormente su investigación artística hacia la perfumería, transformando el perfume en una arquitectura invisible capaz de contener memoria, trascendencia y emoción. Sus fragancias, al igual que sus proyectos musicales y visuales, no se conciben como productos, sino como experiencias: espacios de contemplación que se despliegan lentamente y con intención.

En esta entrevista, Filippo Sorcinelli reflexiona sobre la evolución de su fragancia emblemática LAVS, la relación entre la música, la arquitectura gótica y la composición olfativa, y el desafío de preservar la autenticidad en un panorama creativo cada vez más globalizado. De este diálogo emerge una visión rara y coherente del arte como acto espiritual, guiado por la interioridad y la responsabilidad más que por la lógica del mercado.

 

1. Su fragancia emblemática LAVS comenzó como un aroma creado para vestiduras sagradas y más tarde evolucionó hacia un perfume unisex. ¿Cómo cambió esa transformación su enfoque sobre las materias primas, la composición y la narrativa en la perfumería?

Desde su origen, LAVS tuvo una vocación precisa: fue un aliento aromático concebido para acompañar la vida del atelier, un puente entre el tejido y la oración. Cuando se abrió a la piel humana, la fragancia entró en una nueva dimensión y me invitó a escuchar con mayor amplitud.

Las materias primas adquirieron un papel narrativo más rico: el incienso, las resinas y las maderas, ya enraizadas en un horizonte espiritual, se expandieron hacia una forma capaz de tocar la memoria personal. Esta transformación dio lugar a una composición más arquitectónica. Las capas aromáticas crean una estructura sensorial en la que la luz y la sombra colaboran.

La escritura olfativa de LAVS se acercó a la música —progresiones, acordes, verticalidad— y su narrativa se aproxima ahora a una belleza que evoca la trascendencia y el profundo deseo humano de ella. Su historia se amplió: de la sacristía a la vida cotidiana, del ritual a la piel, de la tradición a la contemporaneidad.

LAVS conserva su origen sagrado, pero ahora acoge una presencia adicional: la vida de quienes lo eligen como compañero en su camino.


2. A menudo describe el perfume como un medio artístico, no como un producto comercial. ¿Cómo traduce sus inspiraciones musicales o arquitectónicas —por ejemplo, el órgano o el espacio gótico— en una estructura olfativa?

La música y la arquitectura se encuentran entre los pilares que dan forma a mi escritura olfativa. Una fragancia nace como una composición, naturalmente cercana al mundo evocador de un músico.

El registro sintético más profundo se construye con resinas, maderas y bálsamos, que sostienen la fragancia como una base resonante. El registro superior —notas cítricas y materias luminosas— crea apertura y movimiento ascendente.

Su diálogo genera la armonía que guía toda la estructura. Los espacios góticos ofrecen un modelo visual y espiritual. Las columnas ascienden, las vidrieras modulan la luz, la piedra contiene siglos de oración.

Traduzco esta arquitectura a la materia aromática: verticalidad, translucidez, capas que evocan una nave luminosa. Como afirma Meister Eckhart, “la luz espiritual fluye a través de aquello que se abre”.

Un perfume, por tanto, debe abrirse, elevar, orientar. A través de este proceso, la estructura olfativa se convierte en un lugar de contemplación: una arquitectura invisible moldeada por moléculas que hablan el lenguaje de lo sagrado.

_scusami

3. La perfumería nicho se ha expandido rápidamente en los últimos años. Desde su perspectiva, ¿cómo se puede preservar la autenticidad y la artesanía al adaptarse a un público global más amplio?

La autenticidad y la artesanía florecen a través de la fidelidad a una visión. El mundo global invita a la expansión, pero esa expansión conserva su fuerza cuando nace de una raíz sólida.

La perfumería artística puede entrar en nuevos mercados permaneciendo fiel a su vocación, a su identidad, a la calidad de sus materias primas y a la profundidad de su narrativa. La artesanía prospera en la lentitud, el estudio y el cuidado atento.

Una fragancia auténtica habla a través de su integridad, una verdad que el público reconoce de inmediato. La perfumería artística refleja precisamente esto: una ligereza profunda que orienta, mientras que el público global busca emoción sincera.

La autenticidad se convierte así en un puente, en un diálogo entre la memoria personal y una visión universal.


4. Su atelier LAVS — L’Atelier Vesti Sacre comenzó como un taller de vestiduras sagradas, pero hoy se erige como un símbolo de reflexión estética y espiritual que trasciende la liturgia. ¿Cómo ve hoy el papel de LAVS: como un lugar de creación, como una filosofía o como un santuario personal donde convergen todas sus disciplinas?

LAVS representa un organismo espiritual. Es, sin duda, un espacio de creación, pero también un pensamiento, un entorno interior, un hogar para todas mis disciplinas.

Nació como un taller de vestiduras sagradas y portaba una vocación ritual; con los años, esa vocación se expandió hasta abarcar toda mi vida: primero la música, luego la perfumería, la fotografía, la escritura y una investigación artística más amplia.

Veo LAVS como una filosofía que une estética y espiritualidad. Cada proyecto surge de una investigación que explora la materia y la memoria.

Las vestiduras sagradas siguen ocupando el centro, pero a su alrededor se ha desplegado todo un universo que habla de identidad, comunidad y vida interior modelada por el arte y la belleza.

LAVS es también un santuario personal: un lugar que reúne mi recorrido y le da cohesión. Como escribió Rainer Maria Rilke, “todo lo serio nace de la interioridad”.

LAVS vive precisamente en ese espacio donde creación y contemplación caminan juntas.


5. La arquitectura de las catedrales y el sonido del órgano parecen dar forma a gran parte de su lenguaje artístico. Cuando compone —ya sea con tejido, aroma o sonido—, ¿qué viene primero para usted: la forma, la emoción o el silencio?

Todo comienza con el silencio. Es el momento en el que todas las cosas esperan, donde la interioridad se abre a una dirección más elevada.

De ese silencio surge la emoción, una energía que guía la mano, la mente, el olfato. La forma emerge entonces como una respuesta natural, una arquitectura moldeada en torno a una fuente más profunda.

Las catedrales enseñan esta secuencia: una grandeza nacida de un vacío inicial, luego colmada de luz y finalmente articulada en estructura. El órgano sigue la misma ley: aire en espera, vibración que asciende, armonía que se expande.

Mi proceso creativo refleja este orden: el silencio despierta la emoción, la emoción se convierte en forma.


6. Ha dicho que el arte, para usted, es un acto espiritual más que un producto. ¿Cómo influye esta convicción en la manera en que concibe exposiciones, diseña vestiduras sagradas o interpreta música en espacios sagrados?

El arte vive como un acto espiritual porque nace de una llamada interior. Esta convicción orienta todas mis decisiones: una exposición se convierte en un camino iniciático, una vestidura sagrada se transforma en una presencia que acompaña a una comunidad, una interpretación musical se vuelve una ofrenda.

Al concebir una exposición, busco una arquitectura que guíe al visitante hacia la transformación. Una obra debe hablar con sinceridad, abrir un espacio de luz y cumplir su propósito esencial: compartir y dialogar con quienes entran en su órbita.

En las vestiduras sagradas, la espiritualidad dirige la materia: tejidos, metales y bordados colaboran para revelar una verdad superior. La música en los espacios sagrados va aún más lejos: se convierte en una invocación, en un puente.

Mi arte crece a partir de esta orientación y se despliega a través de esta responsabilidad.


7. El mundo del lujo creativo actual avanza hacia la sostenibilidad, la presencia digital y la narrativa experiencial. Como artista, diseñador y perfumista, ¿cuál considera que es la mayor oportunidad y el mayor riesgo para las marcas de lujo en la próxima década?

La mayor oportunidad reside en la posibilidad de crear experiencias auténticas que unan materia, ética y visión. La sostenibilidad invita a la responsabilidad cuando se eleva por encima de la retórica ideológica.

La presencia digital permite que la belleza se comparta con una amplitud sin precedentes. La narrativa experiencial ofrece un nuevo lenguaje a través del cual puede expresarse el alma de un proyecto.

El lujo puede recuperar una misión más elevada: restaurar la calidad, el cuidado y la profundidad. El mayor riesgo radica en la pérdida de identidad.

La aceleración digital puede debilitar la sustancia, la búsqueda de aprobación puede suavizar la visión, la expansión global puede diluir la verdad. El futuro del lujo depende de un equilibrio delicado: cercanía sin confusión, amplitud sin dispersión, presencia sin sacrificar los orígenes.

En este equilibrio vislumbro la promesa de un renovado resplandor creativo.


Mi más sincero agradecimiento a Filippo Sorcinelli por esta conversación tan reflexiva y generosa. Sus palabras ofrecen más que una mirada al proceso creativo: abren un espacio para una consideración más profunda del arte, el silencio y el sentido en nuestro tiempo. Es un privilegio dialogar con una voz que continúa recordándonos que la verdadera creación comienza en el interior y que la belleza, cuando se aborda con integridad, sigue teniendo el poder de elevar y transformar.