UWEE: “One World · One Future”, el Louvre como altavoz de esperanza global
Cuando los pasillos del Louvre se llenan de voces jóvenes y de lienzos que hablan de futuro, la atmósfera del museo cambia. No se trata solo de contemplar arte, sino de escuchar lo que niñas, niños y jóvenes de más de cien países quieren decirnos sobre el mundo que heredarán. Ese es el espíritu de la exposición internacional de arte “One World · One Future”, organizada por UWEE con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos (WFP) de la ONU.
Durante varios años consecutivos, esta cita en París ha demostrado que el arte infantil no es un pasatiempo, sino un lenguaje capaz de conmover y de llamar a la acción. Bajo el lema “Un mundo · Un futuro”, los lienzos, dibujos y propuestas digitales de miles de participantes se han convertido en mensajes urgentes sobre hambre, cambio climático, paz y diversidad cultural.
El arte como aliado del Programa Mundial de Alimentos
El vínculo con el WFP da a la exposición un sentido claro: recordar que el hambre es todavía una herida global. El propio David Beasley, ex director ejecutivo del organismo, lo dijo sin rodeos: cada cuatro segundos, el cambio climático empuja a tres personas más a la inseguridad alimentaria. Una frase que resume la urgencia de actuar.
El WFP, que en 2020 recibió el Premio Nobel de la Paz, no solo entrega alimentos en situaciones de emergencia: también ayuda a comunidades a reconstruirse y a generar resiliencia frente a los desastres. Llevar esa misión al terreno cultural a través de UWEE significa sumar arte a la lucha por la vida.
Una exposición con vocación global
UWEE organiza cada año la International Art Exhibition at Luv, en el Louvre, en colaboración con SEIEA, UEAA y Titan Culture. La ambición es clara: dar la misma oportunidad a cualquier joven, venga de donde venga, para mostrar su talento y sus ideas.
No se trata únicamente de París. La plataforma digital art.uwee.org abre las puertas a todos: subir obras, visitar la exposición en línea y participar en una comunidad que ya reúne a casi 100.000 participantes de más de 100 países. La dimensión híbrida, presencial y digital, hace de este proyecto un fenómeno cultural difícil de igualar.
Cinco capítulos para pensar el planeta
La exposición está organizada en torno a cinco ejes curatoriales que son, en realidad, cinco llamadas a la conciencia: Reflection, Hope, Harmony, Future y Diversity.
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En Reflection, los jóvenes artistas se preguntan cómo hemos llegado a esta situación de crisis climática y social.
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En Hope, aparecen las imágenes de renacimiento, cuidado y segundas oportunidades.
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Harmony propone la convivencia y la amistad como base de la vida cotidiana.
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Future se atreve a imaginar un mañana tecnológico y ecológico al mismo tiempo.
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Y Diversity celebra la riqueza cultural del planeta como motor de unidad.
Recorrido y expansión internacional
Desde 2019, UWEE ha construido una red de actividades paralelas en ciudades como Minsk, Beijing, Roma, Hong Kong o Bangkok, llevando el mensaje más allá de Francia y multiplicando el impacto. Cada edición suma nuevas voces y consolida la idea de que el arte juvenil debe ocupar espacios que normalmente se reservan al arte consagrado.
Voces que cruzan fronteras
El catálogo de UWEE es un mosaico humano impresionante: niñas de Grecia, adolescentes de Corea, jóvenes de Brasil, pequeños de Egipto o de Armenia. Desde nuestro país destacan, por ejemplo, Diana Mnatsakanyan (13 años) con su obra The Reborn World, o Artur Davtyan (10 años) con Our World of Nature. Ellos, como cientos de participantes más, transforman en imágenes lo que los informes internacionales expresan en cifras: la urgencia de un futuro sostenible.
También España está presente con propuestas como la de Sia Craven (11 años), autora de una tortuga multicolor que se ha convertido en símbolo de alegría y esperanza. Cada obra es un recordatorio de que los problemas son globales, pero también lo son las soluciones.
Más que un concurso, una pedagogía
La exposición no se limita a mostrar cuadros. Cada sección es una lección de ciudadanía, un espacio para aprender qué significa hablar de cambio climático, hambre o paz desde la mirada de la infancia. Y al mismo tiempo, es un gesto político: dar al arte infantil y juvenil un lugar en uno de los museos más emblemáticos del mundo es reconocer que su voz importa.
Armenia en el corazón del proyecto
Para la diáspora armenia, la participación en UWEE tiene un valor especial. Es un modo de entrar en la conversación global sin perder la identidad, mostrando que nuestros niños y jóvenes tienen mucho que aportar al debate sobre el futuro. Sus obras, expuestas junto a las de cientos de artistas de todo el planeta, son también una forma de diplomacia cultural: pinceladas que hablan de paz, memoria y resiliencia.
Un Louvre para la acción
Al final, “One World · One Future” convierte al Louvre en algo más que un museo: en un foro de humanidad. El arte aquí no es lujo ni ornamento, sino una herramienta de futuro. Las cifras de hambre son contundentes, pero también lo son las imágenes de esperanza pintadas por manos jóvenes. Entre ambas, UWEE propone un puente: el del arte como compromiso compartido.